Las MUJERES PENSIONISTAS hoy salimos a la calle porque la
brecha de género tiene cara de mujer, siendo todavía más cruel conforme
envejecemos. Una jornada para visibilizar el peso de todas las tareas que
asumimos, todas las decisiones de consumo que adoptamos, para que toda la sociedad
vea qué sucede si paramos las mujeres.
Estamos atravesadas por
desigualdades y precariedades que nos sitúan en lugares muy diversos frente al
Patriarcado y al Sistema capitalista: el desempleo, las condiciones del trabajo
asalariado, los cuidados, el consumo, la formación, la procedencia, la clase,
la edad, la orientación sexual, la identidad de género y las habilidades y las
pensiones.
Al enumerar las causas de esa
brecha en las pensiones, hemos de pararnos en primer lugar en LOS RECORTES en sanidad, servicios
sociales, educación, y dependencia, pues se hacen a costa del trabajo y del
tiempo de las mujeres. Tengamos la edad que tengamos, nosotras cubrimos todas
las carencias del sistema porque no hay corresponsabilidad ni de los hombres,
ni del Estado en LOS TRABAJOS DE CUIDADOS.
Consecuencia: asumimos dobles y
triples jornadas de trabajo, que provocan deterioro en nuestra salud y nuestro
tiempo personal. Tengamos la edad que tengamos.
Las mujeres
realizamos el TRABAJO DOMÉSTICO Y DE CUIDADOS aun cuando estamos jubiladas. No
nos jubilamos nunca. Un trabajo que el sistema capitalista invisibiliza porque
promueve ciudadanxs de primera y de segunda. Lo que nos condena, por el hecho
de ser mujeres, a pobreza diaria y en la jubilación.
PRECARIEDAD
LABORAL es igual a pobreza. Presentamos trayectorias laborales más cortas, bases de
cotización más bajas, trabajos peor remunerados, y además, la interrumpimos en
las edades asociadas con la maternidad y el cuidado de los hijos, produciéndose
lo que se denomina Brecha de Género. Toda esa desigualdad también condiciona
los subsidios por desempleo e irremediablemente, la jubilación.
Las
TRABAJADORAS DEL HOGAR no tenemos pensión de jubilación
porque no disfrutamos de la condición de trabajadoras, tal y como se recoge en
el Estatuto de los Trabajadores y en la Constitución Española. El Estado
transfiere el TRABAJO DE CUIDADOS de unos hogares a otros en base a ejes de
poder, entre ellos el de género, etnia, clase y el lugar de procedencia. Sufrimos brecha de género en el trabajo y
luego en las pensiones.
La división sexual del trabajo
nos condena al desempleo en un 19%, además, a trabajos precarios,
discriminación laboral; a una BRECHA SALARIAL del 23%, que nos conduce a
situaciones de pobreza, con mayor incidencia si somos mayores de 45 años. Dicha
brecha nos obliga a trabajar “gratuitamente” 54 días al año. Como consecuencia,
nuestras pensiones son más bajas, por lo que también en este tramo de nuestra
vida sufrimos pobreza y desigualdad por el hecho de ser mujeres.
LAS MUJERES
RURALES además de tener que enfrentarnos al deterioro ambiental por la crisis
ecológica provocada por el capitalismo voraz, lo hacemos en un contexto
patriarcal en el que no se hace efectiva la titularidad compartida de la
tierra. Realidades que presentan a mujeres sin jubilación.
Capítulo
aparte merecen LAS PENSIONES. En la actualidad 1 millón de
mujeres de más de 65 años carecen de pensión y viven de las migajas de las
pensiones de sus maridos, que también son bajas. Tres de cada cuatro mujeres
solo pueden acceder a una pensión no contributiva. Y las que acceden lo hacen
con una cuantía del 36% menor que los hombres.
MÁS DE
1,5 MILLONES DE MUJERES
PERCIBEN
PENSIONES POR DEBAJO DE 500 EUROS.
Las
pensiones de viudedad. En su mayoría son mujeres que reciben la mitad de la pensión de su marido.
En el
sistema patriarcal las mujeres sufrimos VIOLENCIA económica, social,
habitacional. Asistimos con rabia al hecho de que vivimos en un país que viola
los DDHH en general. Agravándose la situación si además eres pobre, emigrante o
ambas cosas (como es el caso de las mujeres de la fresa de Huelva). Esto se agrava
exponencialmente, llegado el momento de la jubilación.
Nosotras, formamos parte de un
proceso de transformación radical de la sociedad, de la economía, de las
relaciones, de la cultura. Esto pasa por hacer menos complejas nuestras
sociedades, por acabar con el patriarcado, que nos somete y con el capitalismo,
que se apropia de los recursos de este planeta y los concentra en las manos de
unxs pocxs, mayoritariamente hombres. Nosotras defendemos vidas dignas con
acceso a los RECURSOS NECESARIOS como la energía, el agua o los alimentos, más
aún cuando somos mayores.
Este movimiento intergeneracional
que es la Coordinadora Estatal en Defensa del Sistema Público de Pensiones y
específicamente desde la Comisión de la Mujer, hacemos nuestras las
reivindicaciones del movimiento feminista. Por eso, el día 8 salimos a la calle
y secundamos la HUELGA DE EDUCACIÓN, CONSUMO Y CUIDADOS, como vía para impulsar
el cambio real y efectivo en igualdad.
SIN NOSOTRAS EL MUNDO SE PARA
ORGANIZADAS, CAMBIAMOS EL MUNDO
ORGANIZADAS, CAMBIAMOS EL MUNDO
8 marzo 2019
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