‘NO NEGARÁS JUSTICIA AL
POBRE’ (Ex 23,6)
Comunicado de la HOAC y la
JOC ante la actual situacion política y económica
HERMANDAD
OBRERA DE ACCIÓN CATÓLICA y JUVENTUD OBRERA CRISTIANA, difusion@hoac.es
MADRID.
Cada día
que pasa, las familias del mundo obrero y del trabajo ven crecer la
inseguridad, la incertidumbre y el miedo. Va aumentando el número de personas
que pasa a engrosar las listas del paro. Personas que acuden a Cáritas, a
comedores sociales, que son amenazadas por los bancos, al no poder pagar las
hipotecas que asumieron cuando disponían de un puesto de trabajo, inmigrantes
que se quedan sin atención sanitaria, jóvenes que ven ante sí un futuro
incierto en lo educativo, lo laboral, con imposibilidad de desarrollar un
proyecto de vida personal…
Son
algunas de las consecuencias visibles de esta situación económica en la que nos
han metido los poderosos de este mundo, en nombre del idolatrado mercado. Y a
esta situación hemos llegado, entre otras cosas, por unas formas de vida muy
poco solidarias y por una cultura social que ha favorecido que personas y,
sobre todo estructuras, no hayamos tenido en cuenta la justicia debida a los
más empobrecidos.
Los
gobiernos desarrollan una serie de medidas políticas cuyo fin es el incremento
de los beneficios de una minoría frente a las necesidades de la mayoría. Son medidas
inmorales, al pretender organizar la vida de espaldas al trabajo y a las necesidades
humanas, medidas que están creando mayor desigualdad y pobreza y que no debemos
aceptar con resignación.
Ante esta
situación la HOAC y la JOC, como Iglesia en el mundo obrero, queremos
manifestar:
Que no es
ético, humano, ni cristiano continuar poniendo en el centro de la vida política
y legislativa medidas que condenen a la pobreza, a la exclusión y a la
esclavitud a miles de personas, de familias, tanto en nuestro país, como en el
resto del planeta. Se están destruyendo los derechos sociales y laborales.
Que ante
esta situación las organizaciones sociales, políticas y económicas, y también
todas las personas, hemos de plantearnos cómo es posible organizar la vida
social, la economía, la política, desde otros criterios que no sean
prioritariamente el de la lógica del beneficio.
“El primer capital que se ha de salvaguardar y valorar es el hombre, la
persona en su integridad” (Benedicto XVI)
“Las necesidades de los pobres deben tener preferencia sobre los deseos
de los ricos; los derechos de los trabajadores, sobre el incremento de los
beneficio” (Juan Pablo II) “Un criterio justo no debe basarse en recortes
desproporcionados en servicios esenciales para los pobres. El criterio moral
que debe regir es que la “economía existe para la persona y no la persona para
la economía” (Obispos de EEUU, septiembre 2012
con motivo del día del trabajo).
Queremos
poner de manifiesto que existe también otra realidad, de la que los medios de
comunicación no suelen hacerse eco. Son hechos y experiencias de vida humana,
que nos muestran que es posible vivir de otra manera, construir otra sociedad
más fraterna, desde criterios no economicistas, donde todas y todos podamos
vivir con dignidad. Para los creyentes son signos del Reino de Dios y suponen,
para la JOC, la HOAC y otros movimientos cristianos, una constante de lucha
diaria contra la indignidad que provoca este sistema.
Así nos lo
muestran tantas experiencias y acciones que se están viviendo dentro y fuera de
nuestras fronteras:
·
las plataformas de afectados por las hipotecas y la solidaridad con
las personas que se quedan sin vivienda;
·
las expresiones variadas contra los recortes sociales, como las
movilizaciones sindicales y sociales;
·
las diversas manifestaciones de trabajadoras y trabajadores mostrando
su rechazo ante el cierre de empresas, ante los ERES; las asambleas de parados
y paradas dispersas por todo el territorio del estado, buscando alternativas
para el reparto del empleo;
·
las plataformas vecinales que trabajan por la construcción de barrios
donde poder vivir con dignidad;
·
las experiencias de tantos colectivos que fomentan el empleo, empresas
de inserción, cooperativas, las redes de solidaridad nacional e internacional,
los bancos de tiempo, los economatos solidarios, la banca ética, tiendas a
coste cero, la solidaridad familiar, vecinal, o los grupos de personas que
comparten sus bienes con otras familias…
Todas
estas experiencias son muestras de que hay alternativas, de que es posible otro
tipo de sociedad, otro tipo de cultura solidaria. Son prácticas generadoras de
otra cultura que hace viable nuevas formas de organización de la vida social,
donde lo económico no tiene la última palabra y donde el centro es el ser
humano y sus necesidades. A eso estamos llamados, ahí encuentran los hombres y
mujeres de hoy, creyentes o no creyentes, la felicidad y ahí debemos
encontrarnos para potenciarlos.
Madrid, 14 de septiembre de 2012.
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